¡¡¡Bienvenidos a nuestro
nuevo blog y a nuestro nuevo y maravilloso curso 2012-2013!!!
¡Cómo nos gusta comprar
cuadernos y rotuladores! Hasta los libros de las asignaturas más rollo nos
parecen cuentos y pensamos que este curso será tan fácil con el florescente amarillo que nos acabamos de comprar.
Luego viene octubre, la
cosa se empieza a poner más feúcha. Los deberes, la natación, el futbol, las
clases de Pilates de mamá, el partido de pádel de papá, aparcar el coche, cómete la
merienda que no llegamos... y las maravillosas clases de música en la
escuela Fama.
Claro, nuestras clases son todavía más divertidas si todo lo anterior lo llevamos con un poco más de humor.
No tiene ni pizca de
gracia ir a clase cuando uno tiene muchos deberes, pero si encima aparcar o
comerse la merienda se convierte en una tragedia, pues todavía es peor.
Por eso, no es suficiente
con la ilusión del florescente que
todo lo va a cambiar durante el curso... Hay que esforzarse por que todo el
ritual sea diver.
Mi gato, que es como mi hijo, estudia música y siempre me dice:
—Papá, es que no es divertido ir a música...
Esto era así hasta que
pensé: ¡pero si Boris (que es mi gato) no me dice que la clase de música es
aburrida, sino que IR A LA CLASE no es divertido! Bueno, pues vayamos
divirtiéndonos.
—Papá, tienes que tomar
fósforo que es bueno para la memoria porque siempre me recuerdas que no he
estudiado 15 minutos antes de la clase.
Al respecto no diré nada
porque no voy a confesar mi edad.
Tengo muchos más ejemplos de mi Boris, que por cierto toca el violín.
Transformemos las intenciones en actos. ¿Qué os parece?
Tengo muchos más ejemplos de mi Boris, que por cierto toca el violín.
Transformemos las intenciones en actos. ¿Qué os parece?
El florescente amarillo
en realidad no es una ilusión de tinta que parece luz, es una espada como la de
las pelis de ciencia ficción. Pues nada, vamos a emprender una lucha y a
divertirnos un poco más con las cosas que hacemos. Lo mismo así, Boris se toma
el curso más en serio.
La canción del vídeo habla de un día
más, pero es que un día más al final hace un curso más. De septiembre a junio
vamos a hacer lo que parece imposible: ser más felices. Así avanzaremos en algo
tan maravilloso como es la música y, de paso, aparcamos sin ponernos nerviosos.
¿Qué más se os ocurre?