Nuestra escuela es una familia grande. Por eso a los niños les traen los abuelos o las tías, los papás y las mamás y los hermanos mayores. A veces, padre e hijo tienen a la misma profesora, a distintas horas, o padre e hija estudian instrumentos diferentes, o los hermanos van pasando por las mismas asignaturas. Así que, por el pequeño pasillo de Fama hay gente de todas las edades y eso da seguridad a los que se deciden a empezar un instrumento con nosotros.
Ese es el caso de Paloma López Matarí que en realidad ha venido a la Escuela a enseñarnos cómo se debe ir por la vida: con una sonrisa y buen humor. Además, ella viene con su violín y toda su inagotable energía: para aprender, para salir al escenario después de apenas unos meses, enseñándonos a todos que lo importante es colaborar y hacerlo con entusiasmo. ¡Incluso nos ha traído a su hermano mayor, Juan, otra persona entrañable y encantadora!
Ese es el caso de Paloma López Matarí que en realidad ha venido a la Escuela a enseñarnos cómo se debe ir por la vida: con una sonrisa y buen humor. Además, ella viene con su violín y toda su inagotable energía: para aprender, para salir al escenario después de apenas unos meses, enseñándonos a todos que lo importante es colaborar y hacerlo con entusiasmo. ¡Incluso nos ha traído a su hermano mayor, Juan, otra persona entrañable y encantadora!
Resulta que Paloma también es fan de Eurovisión y este año nos ha contagiado su pasión por el concurso que incluye viajar a donde se celebre. Porque es algo que hace con su hija, con su acostumbrada ilusión y donde descubre ese espíritu de confraternización que el certamen trata de transmitir. Le pedimos que se acordara de nosotros en medio de ese vertiginoso viaje y por supuesto, encontró el modo de mandarnos esta postal llena de su música.
Nos gustaría devolverle algo de lo que nos da.
Nos gustaría devolverle algo de lo que nos da.