domingo, 30 de marzo de 2014

concierto de primavera 2014

Por estas fechas, antes de las vacaciones de primavera, todos los niños de la escuela nos dan un fabuloso concierto y a veces alguna lección. Hoy ha sido su día y han vuelto a sorprendernos. 
No solo porque la violinista que el año pasado llevaba lazo en el pelo y vestido, hoy ha aparecido con sus New Balance y sus pantalones ajustados; y el pianista que en primavera 2013 tocó lo que le puso su profesora, este año se ha bajado su pieza de Internet; los guitarristas que el año anterior salían con una guitarra española, este año están con una acústica, y el que viene llegará una eléctrica; y el grupo que hizo el pasado concierto un baile de niños, este año ha cantado un tema musicalmente muy serio aunque muy divertido. Así que no son solo niños... crecen (y ¡mucho!) y están en permanente evolución y la música evoluciona con ellos. Cambian sus gustos, su forma de tocar, su repertorio... pero mejoran musicalmente y la música les acompaña en su desarrollo de una manera activa. Les ayuda a madurar porque tocar un instrumento es de una exigencia mental impresionante y sin embargo ahí siguen, año tras año, luchando por hacerlo mejor y divirtiéndose al hacerlo. Y todos los que se subían por primera vez al escenario, mayores o pequeños, se contagian inmediatamente de la seriedad con la que todos afrontamos esta cita anual.
Además, una niña de las más tímidas hace una presentación impecable y encantadora, y el niño más disperso nos deja una interpretación exacta y cuidadísima; por no hablar de la belleza del sonido de muchos de los que han tocado hoy: eso no es fácil, no sale solo. Hay que pensarlo mucho. Las cantantes, siempre vulnerables a su estado físico, se colocan con valentía ante el micro a cantar el último tema en el que se les pide que colaboren. Porque en este concierto eso es lo que hemos buscado: la colaboración. Y cuando todos ayudamos, todo sale mejor. Enhorabuena a todos. Gran concierto.